lunes, 7 de enero de 2013

El Fotógrafo

HOMBRE: (leyendo) “Para matrimonios que no pueden tener hijos: la famosa agencia matrimonial “la alegría de la huerta” pone a su disposición un revolucionario método traído desde los E.E.U.U. gracias al cual podrán tener hijos sanos y robustos. Interesados llamar al teléfono: 444.44.44.44” ¡hombre, pues si esto fuera cierto por fin podríamos tener ese hijo que tanto deseamos! Yo voy a llamar por si acaso… (marcando) 444.44.44.44 … cuatro cascabeles tiene mi caballo… Oiga!… ¿la famosa agencia “la alegría de la huerta”? llamo por lo del anuncio… ¿Ah! ¿Qué? ¿Qué me mandan a un agente para acá en seguida?… si… mi dirección es… Calle de la paloma blanca, nº 1, Bajo D… Bien espero. (Cuelga) ¡Que contenta se va a poner mi mujer cuando vea que vamos a ser padres! (Timbre) ¿yaaa? Pues como APRA todo sean tan rápidos el niño nace dentro de tres meses… (Mutis. Aparece seguido de Rogelio).
ROGELIO: Buenas, yo venía…
HOMBRE:  lo sé!
ROGELIO: Bueno, yo venía a…
HOMBRE: Ya lo sé, por lo de los niños.
ROGELIO: Exacto, por lo de los niños, si señor.
HOMBRE: Espéreme un momento, que en seguida salgo (Mutis)
ROGELIO: Bueno, bueno, así que esta es la casa de donde me han llamado urgentemente para hacer unas fotografías a unos niños de primera comunión. Y el caso es que no veo niños por ninguna parte…
HOMBRE: (Entrando) Pues cuando usted quiera podemos empezar.
ROGELIO: Verá, ante todo yo quiero exponerle cuál es mi método de trabajo para que una vez que yo lo haya hecho todo, ya no haya ninguna pega…
HOMBRE: ¡Ah! ¿Pero es usted quien lo tiene que hacer?
ROGELIO: ¡Anda, coño! ¿Y quien lo va a hacer si no?
HOMBRE: Hombre, yo pensé que usted me diría cómo y sería yo el que lo hiciera…
ROGELIO: Y ya metiéndome en lo que no me importa… ¿Usted sabe hacerlo?
HOMBRE: La verdad es que siempre hay algo que falla…
ROGELIO: ¿Se da cuenta? A lo mejor es que se mueve mucho y se le descentra el objetivo… Para estos casos lo mejor es contratar los servicios de un buen profesional como soy yo…
HOMBRE: ¿Usted tiene mucha experiencia?
ROGELIO: Hombre… yo me he pasado noches enteras practicando en un cuarto a oscuras con mi mujer… ella cogía mi aparato… lo engrasaba… lo manipulaba… le secaba brillo y lo ponía a punto para disparar… precisamente siempre llevo conmigo un pequeño catálogo para que el cliente vea cuales son los resultados de mi trabajo… ¿ve usted esta niña? Esta la hice en el autobús.
HOMBRE: ¿En el autobús?
ROGELIO: No me salió muy bien… pero es que la madre se movía mucho, ¿sabe usted?
HOMBRE: claro, el traqueteo…
ROGELIO: Fíjese en esta otra… esta la hice en el parque…
HOMBRE: ¿en el parque, delante de la gente?
ROGELIO: Si, a mi me gusta que me vean mientras trabajo… pero este fue mi día negro… todo el parque estaba lleno de palomas y de pajarracos y oiga, qué casualidad, todos los pajarracos venían a posarse justo encima de mi aparato… y yo… ¡A que me tronchan el aparato!… y no quiera usted saber como me lo dejaron… todo lleno de cagarrutas y de meadas…
HOMBRE: ¡Qué asco!
ROGELIO: Lo tuve que limpiar con gasolina…
HOMBRE: ¿Con gasolina? Con lo que eso duele…
ROGELIO: No es que duela, pero pierde brillo y acaba pelándose… y claro pues así lo tengo, la mitad pelado y la mitad oxidado. Hasta se me atascó la cremallera y al final mi mujer me la tuvo que sacar cogiéndola con los dientes… Bueno, ¿ve esta otra niña?
HOMBRE: si… muy guapa.
ROGELIO: Pues esta la hice en la iglesia…
HOMBRE: ¿en la iglesia?
ROGELIO: Si, en la iglesia, y para ser más exactos contra la pared de la sacristía, la madre se empeñó en que tenía que ser allí… verá yo no quería, tenía mis reticencias,…
HOMBRE: hombre lógico…
ROGELIO: pero ella erre que erre, que tenía que ser allí, pero allí la luz…
HOMBRE: ah! Comprendo, la luz divina…
ROGELIO: no la luz de las vidrieras, que entraban y me daban en todo el objetivo por lo que tuve que hacerla por puro instinto,… yo es que tengo un olfato para estas cosas… y ya ve… al final quedo bastante bien.
HOMBRE: si, si quedó bien…
ROGELIO: Bueno, pues cuando usted quiera, podemos empezar…
HOMBRE: Habrá que esperar a que venga mi mujer.
ROGELIO: ¿Su mujer? Oiga, y… ¿para que quiero yo a su mujer? Para esto mío, ¡con usted tengo
bastante!
HOMBRE: ¿Conmigo? ¿Pero quien se ha creído que soy yo? Haga el favor de abandonar mi casa inmediatamente…
ROGELIO: Pero que ahora mismo… vamos, tratarme a mi así… al gran Rogelio… Faltaría otra cosa… ahora mismo me voy (sale)

HOMBRE: ¡Ay, pero y como me voy a quedar sin niños, ¡con la ilusión que me había hecho! (Sale en busca de Rogelio y entran los dos juntos) Venga usted aquí… perdóneme pero es que estoy muy nervioso… (aparte) todo sea por los niños…
ROGELIO: Entonces… ¿está usted dispuesto?
HOMBRE: (con un hilo de voz) Siiiiiiii…
ROGELIO: Pues, prepárese, que voy…
HOMBRE: ¡Ay, que viene! ¡Ay, que viene!… No me mires con esos ojos canalla… los gritos se van a oír en (decir pueblo cercano)
ROGELIO: Gritos,… ¿Por qué? (el hombre le susurra al oído) ¿por su hermana?
HOMBRE: No, por mi almorrana.
ROGELIO: Bueno, antes de empezar, ¿quiere usted que el ensanche el objetivo?
HOMBRE: ¡Noooooooo!
ROGELIO: bueno, como quiera… La primera se la voy a tirar desde 5 metros…
HOMBRE: ¿Qué?
ROGELIO: Oiga, si quiere se la puedo tirar desde más lejos. Se ensancha el objetivo…
HOMBRE: No, más cerca, más cerca…
ROGELIO: Pero, vamos a ver… Usted ¿Cómo quiere que se la saque?
HOMBRE: pues… una cosita así…
ROGELIO: Lo que hace la ignorancia eh?… una cosita así… pero si ahí no van a caber más que cuatro pelos, hombre!!… mire lo mínimo que yo puedo sacarle porque es lo mínimo que yo tengo estipulado… son cincuenta por setenta, menos…
HOMBRE: ¡Ay, qué tío, qué tío!
ROGELIO: Además si cuanto más grande es mejor, se aprecian los detalles, más brillo tiene, da gusto verla,…
HOMBRE: más pequeña, más pequeña,…
ROGELIO: Bueno y antes de empezar… ¿le parece bien que le coloque algún adorno por detrás?
HOMBRE: no, no sin adornos,… a pelo, a pelo…
ROGELIO: bueno, como quiera, pero si sale mal a la primera, tenga en cuenta que yo repito una y otra vez hasta que veo que la cosa esta… yo vengo preparado para echar unas doscientas,…
HOMBRE: repetir, no, no, sin repetir, tiene que salir a la primera, a la primera,…
ROGELIO: vale, pero si yo veo que puede salir mal, lo que suelo hacer siempre desde el principio es que le ensancho el objetivo… y si veo que tiene mal arreglo el objetivo lo ensanchamos a tope, a tope… y si hace falta… le meto el filtro amarillo…
HOMBRE: Noooooooo… sin filtro, sin filtro,…
ROGELIO: Pero hombre, no se ponga nervioso, que yo tengo un sistema que no falla, yo coloco al cliente justo enfrente de mi aparato y le digo: ¡Atención que voy a sacar el pajarito!
HOMBRE: El águila imperial diría yo!
ROGELIO: Y cuando están más ensimismados… ¡Pam! Disparo y echo todo lo que tengo dentro…
HOMBRE: pero ¿qué tendrá dentro, Dios mío!
ROGELIO: Bueno, lo noto excesivamente nervioso,… saque a sus hijos y empecemos  cuanto antes…
HOMBRE: ¿mis hijos? ¿Pero ya están aquí?… Oiga, pero ¿a qué hijos?
ROGELIO: A los suyos…
HOMBRE: Pero si yo no tengo ningún hijo.
ROGELIO: Pero usted no me ha llamado para hacer unas fotografías a unos niños de primera comunión?
HOMBRE: Yo no señor. Pero ¿usted quién es?
ROGELIO: Yo soy el gran Rogelio, el fotógrafo de niños más acreditado de toda la ciudad y cuyos servicios han sido requeridos en la calle de la paloma blanca, que es esta; En el número uno, que es este; en el bajo, que es este; en la puerta B,…
HOMBRE: que no es esta!
ROGELIO: ¿NO?
HOMBRE: usted está en el bajo D de ¡demente! y según dice debería haber ido al bajo B de ¡Burro!
ROGELIO: ¿Qué me he equivocado de puerta?
HOMBRE: Se ha equivocado de puerta y la próxima vez haga el favor de tener más cuidado porque si llega a entrar mi mujer y nos pilla encima de la moto…
ROGELIO: pero oiga que dice, ¿Quién es usted?
HOMBRE: quiere usted saber quién soy yo? Pues soy un hombre que quiere ser padre, que quiere ser padre,…
ROGELIO: Pues… ¡suélteme que yo no quiero ser madre!

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