viernes, 11 de abril de 2014

El gusanito y la señora lengua



Preparando los cuentos para las guarderías para celebrar el día del libro una de mis alumnas me habló de este precioso y divertido cuento espero que a vosotros también os guste...

Inicialmente es un cuento destinado a hacer ejercicios con la boca y la lengua pero la verdad es que es muy divertido, mi bebé de 5 meses se queda embobado...



A continuación os dejo el texto del cuento, pero como siempre digo, "los cuentos son para ser contados"... Leedlo primero para vosotros, para haceros una idea y luego jugad con el cuento para que vuestros pequeños disfruten...


EL GUSANITO Y LA SEÑORA LENGUA

Esta es la historia de un gusanito
que quería jugar con la señora lengua.

-La, la, lala, lalaralalala. Chau, codito.
La, la, lala, lalaralalala. Chau, hombrito.
La, la, lala, lalaralalala.

Y cuando llegó a la cabeza,
quiso ir a visitar a la señora Lengua.
Bajó por el ascensor, tocó el timbre
y se escondió detrás de una oreja.
La señora lengua abrió la puerta.
Miró para adelante, miró para arriba,
miró para abajó, miró para un costado,
miró para el otro.
Y como no vio a nadie cerró la puerta.

- Jajajajaja! No me vio, no me vio, no me vio. Le
voy a tocar el timbre de nuevo.

Y se escondió detrás de la otra oreja.
La señora lengua abrió la puerta.
Miró para adelante, miró para arriba,
miró para abajó, miró para un costado,
miró para el otro.
Y como no vio a nadie cerró la puerta.

-Jajajajaja! No me vio, no me vio, no me vio. Le
voy a tocar el timbre de nuevo.

Y se escondió debajo de la cola.
La señora lengua abrió la puerta con mucha fuerza.
Miró para adelante, miró para arriba,
miró para abajó, miró para un costado,
miró para el otro.
Y como no vio a nadie cerró la puerta
con mucha fuerza.

-Jajajajaja! No me vio, no me vio, no me vio.

Y justo en ese momento la señora lengua
abrió la puerta. Y lo vio al gusanito y le dijo:

-Brbrbrbrbrbr.
-Ay, señora lengua, yo quería jugar con
usted, nada más.

Y como la señora lengua era muy buena, le dijo
que cuando él quiera puede ir a su casa
a jugar y a tomar la leche. Le dio un besito y cerró
la puerta, pero ya no con fuerza,
porque ya no estaba más enojada.
El gusanito se fue muy contento.
Subió por el ascensor y se fue cantando.

-La, la, lala, lalaralalala. Chau, hombrito.
La, la, lala, lalaralalala. Chau, codito.

Y me voy a dormir, lalala.

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